Ayer cenamos solos. Por fin, mi mujer no pudo celebrar la
cena de noche buena (quizá la última) con
nuestros hijos y nietos. De nuevo el incremento de liquido en la pleura que
desplaza el mediastino y afecta al pericardio, y los nervios, le dispararon las
pulsaciones hasta límites alarmantes.
Tuvimos una cena frugal
al igual que ha sido la comida de Navidad, con grandes silencios aunque
las miradas lo decían todo.
¿Por qué a mí? y ¿por
qué ahora cuando estábamos tan bien? son dos preguntas que quedaron sin
respuesta.
Lamentablemente no es
la primera vez que veo degradarse así a una persona, su hermana falleció de
E.L.A. hace solamente un año. Se fue a dormir y a las tres y algo mi cuñado
llamo a mi puerta, pues somos vecinos, y estuvimos haciéndole la RCP hasta que
llegaron los del 112. No experimento dolor, salimos de casa dentro de sus
posibilidades hasta la última semana y tuvo tres años para despedirse de los
suyos.
Nosotros, salimos de vacaciones porque Roxy necesitaba un
descanso a primeros de agosto y al tercer día estábamos de vuelta en urgencias
e ingresados. A la semana nos comenzaron a decir que había algo raro en el
derrame y después nos enteramos que la vida media en este tipo de enfermedad
oscila entre nueve y doce meses y que los tratamientos, incluso los invasivos, son paliativos.
Tal y como oscilamos
en la escala de Karnofsky, estamos ya en la mitad, o más del periodo, me gustaría
ser optimista y pensar que quien estableció los varemos se confundió, pero
ahora permanece en la cama la mayor parte del día. A veces pienso que ha dejado
de luchar, antes pensaba en la operación de decorticacion que piensa que le van a realizar en Enero, ya
que ella no sabe que en las condiciones que esta los cirujanos no la van a
operar, pero ahora ya ni tan siquiera habla de ello.
Creo que está en la fase
de aceptación pues ayer mientras cenábamos me dijo “quien sabe quizá llego ya
mi hora” y se engullo otro trocito de huevo relleno como quien acaba de
preguntar la hora. Otras veces sin embargo la veo temblorosa, con miedo no
quiere que me aparte de su lado. Necesito que alguna de mis hijas venga a casa
para salir a comprar o ir al banco, aunque todavía podría quedarse sola unos
momentos, aun así si tardo algo más de
media hora me reprocha la tardanza, es como si pensara que estando yo nada malo
puede ocurrirle; ¡qué más quisiera yo que así fuera!
Todavía nos quedan
unos meses de disfrutar de su amor y su presencia, después, después tiempo
tendremos para llorar su vacio.
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R, Amén.
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