Han pasado varios
días desde mi última entrada. Por fin se realizo la toraco y se extrajo litro y
medio de líquido de la pleura que es una cantidad aceptable. Lo triste es que tuviéramos
que esperar que tuviera guardia el Dr. Fener para que se la realizara. Dos
punciones una no salió y a la otra si, “parche” puesto. Al otro día pasa
consulta otro médico, que si esta flojita, que si respira mal (como va a
respirar con un pulmón
y encima oprimido por el desplazamiento del mediastino a
causa del líquido que contiene la pleura del otro). Total que mientras no volvió a pasar consulta el Dr. Fener
dos días después no nos fuimos a casa con un inhalador agregado al tratamiento
y un aumento en la dosis de MST. Solo algunos médicos comprenden que son los
cuidados paliativos.
A veces hablar con un
medico se convierte en algo extremadamente complicado. Si cuando empiezan a
marear la perdiz les dices que sean claros que ya sabes el tipo de enfermedad
que padece el paciente, te miran un poco raro, como cuando les dije a los jóvenes
oncólogos que vieron la primera vez a mi mujer que quería darle los cuidados
paliativos en casa y que muriera en su casa rodeada de los suyos (lo tendremos
en cuenta, me dijeron perplejos unos médicos con muchos menos años que los que
llevo yo casado con mi esposa) y, si encima se te ocurre emplear algún termino
reservado solo para profesionales o, sugerir un cambio en alguno de los medicamentos
que está tomando y que sabes que no sirve para nada mientras el otro en cambio
tiene alguna propiedad específica para esa dolencia, aunque a la larga tenga
efectos secundarios que el paciente no llegara a observar porque fallecerá antes,
entonces ya es el acabose.
Por eso caer en manos
de un Dr. Como Fener Villalba con el que se pueden decir las cosas claras es
una suerte, tanto para el paciente como
para el cuidador, que puede expresar lo que siente sabiendo que el Dr. No comunicara
al paciente nada que este no quiera saber.
Qué decir del equipo
de enfermeras y auxiliares, en esa planta se nota como la edad las hace más
sensibles y humanas. El estar cerca del sufrimiento y la muerte, del dolor de
pacientes y acompañantes, del llanto continuo en pasillos y salas, saca de dentro
de l@s profesionales de la sanidad, aunque no deban implicarse emocionalmente
para no verse afectados, lo mejor que el ser humano es capaz de dar. El amor al
prójimo.
Esperamos poder cenar,
si Dios quiere, esta noche buena rodeados de nuestros hijos, nietos y de mi madre
que todavía vive. Desde aquí deseo para todos los enfermos, cuidadores, médicos,
enfermeras de guardia y servicios de urgencia que pasen una buena noche y feliz
día de Navidad.
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